lunes, 30 de julio de 2012

Buenos Aires - Misiones. Realidades contrastantes




La gran densidad de población que denota el gráfico es característica de la provincia de Buenos Aires. Las razones por las cuales las masas de población que migran de las provincias del interior del país se dirigen a Buenos Aires son, primero que nada, la existencia de una mejor calidad de vida. Al ser una de las provincias más industrializadas del país, hay grandes obras sanitarias, educativas, medios de transporte de calidad, y grandes oportunidades laborales. A todo esto se le suma que la provincia de Buenos Aires es el centro administrativo de Argentina. Actualmente, la provincia cuenta con un total de 15.625.084 habitantes, de los cuales la mayoría rondan entre los 15 y 64 años de edad.
Pero en Buenos Aires también existe la pobreza. Hay un gran nivel de desigualdad que separa a la población en un, cada vez más acentuado, sector sur y norte, en los cuales las diferencias de oportunidades entre pobladores de clase baja, media y alta son en algunos casos muy preocupantes. Un ejemplo de esta problemática son la gran cantidad de Villas Miserias que crecen año a año sin que la sociedad y el Estado se hagan cargo.

En cambio, la provincia de Misiones tiene un número mucho menor de habitantes que la provincia porteña, el cual ronda entre los 1.101.593, con mayoría de pobladores de entre los 15 y 64 años de edad. Esto se debe a que, a diferencia de Buenos Aires, el nivel de industrialización es mucho menor, y a las grandes fallas del sistema de salud y de educación. Esto denota el altísimo nivel de pobreza extrema de la zona, el cual se mantiene y aumenta cada vez más, ya que muchos de los habitantes optan por migrar debido a las terribles condiciones de vida y la falta de trabajo. A todo esto también se le atribuyen los conflictos ambientales que agravan la situación. Por ejemplo, la desforestación de la Selva Amazónica, y la contaminación constante de empresas industriales, que hace que cada vez más pobladores se vean forzados a abandonar su provincia.

martes, 10 de julio de 2012

Densidad de población en la Argentina


Ver Trabajo Geografía (Población: punto "C") en un mapa ampliado

Antes de poder comprender el mapa presentado, hay que tener en cuenta que el concepto de densidad de población es utilizado como una herramienta para describir la distribución poblacional en una zona determinada; qué áreas se encuentran más pobladas y cuáles más despobladas. Esta misma se expresa en habitantes por kilómetro cuadrado (a nivel mundial) y se obtiene como resultado de la relación entre el número de habitantes y una unidad de superficie (como por ejemplo km2). Si bien los resultados que se logran gracias a este cálculo no son 100% acordes a la realidad, abren las puertas a la realización de análisis y comparaciones entre las poblaciones de las distintas áreas alrededor del globo. Cabe destacar, también, que las densidades no siempre se expresan en la misma unidad de superficie; a nivel mundial se emplea el kilómetro cuadrado, pero en muchos países angloparlantes se suele utilizar la milla cuadrada, por lo cual en ellos la población relativa está expresada en habitantes por m2 (milla cuadrada).

Observando el mapa, se pueden distinguir cuatro grandes grupos en cuanto a la densidad de población de las provincias de nuestro país. En primer lugar, se encuentran Buenos Aires, Santa Fe, Tucumán y Misiones, alcanzando un máximo de 64.3 habitantes por km2 (en el caso de Tucumán). Un peldaño más abajo, distinguimos a las provincias de Jujuy, Chaco, Entre Ríos, Corrientes, Mendoza y Córdoba, con un máximo 20 habitante por km2 (en el caso de Córdoba). En el penúltimo lugar se encuentran Salta, Formosa, Santiago del Estero, San Luis, Neuquén y San Juan, con un número máximo de 7.8 habitantes por km2 (en Salta). Finalmente, en el último lugar, se posicionan Catamarca, La Rioja, La Pampa, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, con un máximo solamente de 3.7 habitantes por km2 (en La Rioja).

Esta variada disposición de la población no es casualidad, sino que se dio progresivamente a través del tiempo por medio de una serie de procesos. Por un lado, podemos mencionar las grandes oleadas de inmigrantes internacionales que fueron llegando al país a partir del siglo XVI y que se asentaron, fundamentalmente, en las ciudades que hoy en día son las más pobladas (como Buenos Aires, Misiones y Mendoza). En una primera etapa estos extranjeros eran españoles, pero luego el prospecto se amplió a italianos, franceses, rusos, galeses, ingleses y hasta alemanes. Cabe destacar, a su vez, que durante la década de 1960, creció la cantidad de inmigrantes provenientes de países limítrofes como Chile, Bolivia y Paraguay, también trasladándose a las ciudades con mayor cantidad de población. La mayoría de estos inmigrantes llegaban al país en búsqueda de trabajo y mejores condiciones de vida. Por eso su arribo a las grandes ciudades se relaciona con una situación social y económica desfavorable en su país de origen. Es necesario tener en cuenta que el denominado “Cinturón Industrial” (donde se encuentran el 75% de las industrias) se extiende desde Rosario hasta La Plata, por lo cual es lógico que las ciudades que lo componen hayan recibido la mayor cantidad de inmigrantes y hoy sean de las más pobladas del país.

En cuanto a las zonas con menor densidad de población, para entender su condición actual, se debe tener en cuenta el gran despoblamiento rural que tuvo lugar entre el año 1930 y 1970. Esta etapa fue particularmente dura para ciertas provincias del país, dado que el flujo migratorio del exterior se redujo, la expansión agropecuaria se detuvo y comenzó a crecer la actividad industrial en las ciudades más pobladas, fundamentalmente en Buenos Aires, Córdoba y Rosario. De esta manera, la mano de obra se redujo drásticamente en las zonas rurales y muchas familias abandonaron los territorios donde vivían y se mudaron a las zonas más pobladas.  A su vez, hablando en un contexto actual, debido a la falta de trabajo, a la menor esperanza de vida y a los sumamente carenciados sistemas de salud y educación de algunas de las provincias del interior del país, es evidente que la población, tanto nacional como extranjera, si no se crea un cambio en el transcurso del tiempo, va a seguir concentrándose en los núcleos más poblados.